Escuchar a Carlos Enrique Cavalier y la experiencia en sostenibilidad ilusiona

Tener la posibilidad de hacer presencia en un espacio pequeño, con pocas personas y compartirlo con una eminencia en un tema que sea de nuestro interés, siempre será una bendición. Así pues, hoy me tocó a mi. Un salmoncito en este mundo empresarial que sigue soñando con muchas cosas, al lado de tantas «ballenas» de diferentes industrias.

Escuchar el CEO de Alquería, Carlos Enrique Cavalier en la misma mesa, compartiendo de forma generosa, sencilla pero eficaz, sus aprendizajes y experiencia en el terreno de la sostenibilidad social y ambiental, para sociedades de Beneficio e Interés Colectivo BIC como lo son A&ATIC, AI3LAB y LOLA, resulta ser muy valioso, en especial por los aportes que compartiré en los párrafos siguientes esperando, no se me quede nada por fuera de lo aprendido hoy.

Dentro de este camino de tener empresa, generar empleo, intentar que éste sea de calidad, entregar a la sociedad un valor e impacto positivos no es tarea fácil, pero imposible no es, de ahí, la pertinencia de la conversación, de alguien que hasta libros del tema ha escrito y que es un referente a nivel nacional en todas las industrias, materia de estudio en las universidades y siempre bien referenciado Carlos Cavalier.

Lo primero, que me ha quedado es la sencillez, no dejar de lado esa humanidad de ser «un simple mortal» como todos nosotros, pese a poder ser engreído y levitar como algunos empresarios y actores de grandes ligas que vemos por ahí; esto habla mucho de la coherencia entre su ser y su hacer. Y conecta justamente con algo que le preguntamos: ¿Cómo hacer para que la organización se conecte y alinee con estas iniciativas sostenibles? Con el ejemplo. Cultura organizacional todos tenemos, porque la forma en que hacemos las cosas en una empresa es cultura, ahora bien, a medida que se crece como empresa comienza a existir cierta burocracia, sin embargo, en palabras de Carlos, ésto no debe, ni es un impedimento para que toda la organización entienda, conozca y «compre» las iniciativas de la dirección, por el contrario, si desde las cabezas, se da con las acciones este ejemplo, poco a poco, esto va permeando a todos los estamentos. Interesante planteamiento, ya que también cita, el ser muy trabajadores y ordenados como directores,  para que los demás lo sean, cosa que cobra mucho sentido en mi persona, ya que me considero «el hombre del overol», que todavía le gusta «untarse» del día a día de las labores que hacemos en las 3 empresas, trabajando a la par con el resto del equipo.

Seguidamente hay que hablar de «cacarear más» – bueno, atónito quedé en verlo con una escucha activa prominente y tomando notas cada que uno de los asistentes se iba presentando, en una de sus intervenciones dijo «Juan Carlos, hay que cacarear más y perder la timidez», y veía hacia mi lado de la mesa, pero no sé por qué, no pensé que me hablaba a mi, y específicamente en respuesta a algo que dije cuando presenté lo que hacíamos.

Hay que mostrar con más energía y perserverancia las cosas buenas que hacemos, escuchar de él «Lograr más del 30% en temas de discapacidad, es  un logro monstruoso» – Si el monstruo (en el buen sentido de la palabra) ha magnificado este ítem de quien les escribe, bueno, ya se imaginarán en qué cielo quedé bailando…. Pero volviendo a la realidad y al aprendizaje sobre esto, creo que cobra sentido esto que nos pasa como país y en especial como santandereanos, no nos conocen porque no hacemos ruido, o no el suficiente o adecuado, para mostrar las cosas tan espectaculares que logran nuestro tejido empresarial.

Pensar a mediano y largo plazo, tarea titánica para un emprendedor que se quiere comer el mundo ya, pero algo muy sabio nos dijo: «Están aquí porque tienen ganas, hay que seguir tomándose todos los días la pastillita de berraquilina» y con el tiempo y el crecimiento de la empresa, nos vamos a poder ir desmarcando del «fuego que nos persigue» para detenernos, y tranquilamente pensar hacia adelante.

Creo que mucho de eso se logra con prospectiva, con un buen gobierno corporativo y abandonando tantas tareas operativas para concentrarnos en la estrategia. Y seguramente hacernos una pregunta tan difícil pero valiosa: Qué queremos en 15 o 20 años ver realizado. De ahí que posiblemente las plantas que sembremos hoy, serán árboles que estarán ahí 100 años y seguramente no veremos crecer. Pero es la forma más valiosa de un legado a esta sociedad y de hacer país, no solo por nuestra decendencia directa. Lograr esa sabiduría y paciencia para encajar las ganas, el hambre y los sueños en acciones que transformen es algo alusinante. Por ahí dicen que el futuro no llega, lo creamos.

Algo que se sale del contexto y lo que estábamos hablando y haciendo, es muy importante, para un hombre divorciado como yo (que sigue creyendo románticamente en llegar a viejito en compañía de una buena mujer) es ver a este ejecutivo top del país llegar en compañía de su esposa, darle su espacio e importancia no sólo, como en sociedad acostumbramos a ver a las esposas o esposos del protagonista del evento, como un elemento meramente decorativo, y luego escuchar decir: «Le doy espacio a mi media mitad de la cual me siento muy orgulloso» a mi me agüó el ojo, me caló en las entrañas y me ilusiona que en el mundo existan buenas personas y que se les note por encima. Algo que contrastaba muy bien, con el rostro, presencia y comentarios de uno de los participantes, que en lo personal no percibo como una buena persona del todo. Y algo que uno de mis mentores me enseñó, es que al instinto y al Ser hay que darle especial importancia.

Saliendo nos tomamos esta selfie, y sin querer mediar más palabras que agradecimientos de mi parte, Tita me dice mirándome a los ojos, «tranquilo que un día hace click y todo se dispara.» Con lo cual, la amabilidad de los dos, lo unidos que se evidencia que son, los sueños compartidos, el entendimiento mutuo, también sientan las bases coherentes de lo que, como organización quieren promulgar. Además de serlo, hay que parecerlo.