Y de repente nos metieron a la mala en la «transformación digital»
Este escrito he intentado realizarlo desde una perspectiva general y no desde mi área de expertice, ya que, el tema de Transformación Digital es el día a día de la organización que fundé hace una década.
He escuchado de distintas fuentes que «La pandemia nos metió en la transformación digital a la mala», que la tecnología era un tema de tenerla «Ahí», y ahora es el único vehículo en muchos casos, para mantenerse productivos. Por otra parte, otro de nuestros fuertes siempre fué el Teletrabajo, yo llevo practicándolo 14 años y hay muchos aprendizajes en el camino, también se cometen errores y poco a poco se fué perfeccionando, de tal forma, que para mi es un día normal, el estar encerrado en medio de una cuarentena.
La gente se siente golpeada, ve que teletrabajando trabajan más, que es duro, nadie dijo que fuera sencillo, pero con un poco de orden y disciplina no se tiene que trabajar más de la cuenta, claro, el día rinde mucho más porque no se están desplazando entre oficinas o puntos de sus clientes, el tiempo se optimiza y se concentra de ir de tarea en tarea sin parar, ahí es donde la gente se estrella, piensan que es tomando del pelo, o que es «más relajado» que estar en una oficina, por el contrario, desde mi concepto se trabaja más en calidad y en cantidad.
Las empresas y las personas en general pensaban la transformación digital como un mero cliché, como una moda marketera, hasta las empresas de tecnología no daban el paso de madurar procesos y cambios digitales. Hoy, son las que más estropeadas se encuentran, intentando hacer lo mismo que hacían en una oficina.
Pocos vieron las señales… Un mundo, en el cual la tecnología ha gobernado la última década con adelantos que no se vieron en los últimos 50 años, dejan entrever que la cuarta revolución industrial si era digital, que hace mucho, aunque no de forma tan visible, nuestra misma forma de hacer tareas básicas y cotidianas, como comunicarnos con nuestros seres queridos se transformó digitalmente, que las conductas de compra de un consumidor promedio se comenzaron a inclinar hace mucho al canal digital, posiblemente en LATAM no tan marcadamente como en otras regiones del planeta, pero sin importar que el proceso final de compra no se realizara de manera digital, las consultas previas, la «vitriniada» si se volvió digital, el voz a voz, el marketing, la forma cómo conocemos o presentamos nuevos productos se fué hacia lo digital, por qué no propendimos llevar lo demás hacia allá?
Esas señales van como ejemplos como Google vs los directorios, Uber vs los taxis, El e-mail vs las cartas postales, twitter vs los telegramas, Amazon vs los centros comerciales, Netflix vs Blockbuster… y así puedo seguir todo el día.
Ahora, como acostumbro a decir: «No se trata de llorar sobre la leche derramada, lo importante es dejar de desarramarla» – A lo hecho pecho, es una responsabilidad moral en estos momentos buscar aprendizajes, reinventarnos, entender primeramente de qué trata este nuevo mundo, hacer el ejercicio de pensar en la «nueva normalidad» después de esto, no resistirse al cambio, abrazarlo como un reto en donde seremos mejores versiones de nosotros mismos. Nunca dejen de aprender, nunca dejen de aprovechar la información que flota en nuestro cotidiano, el internet no son solo memes. Un abrazo