Reflexión acerca de la felicidad
Cuando se presenta la oportunidad única en la vida de volar cerca del sol sentimos que ese momento era lo que estábamos esperando durante nuestra existencia para finalmente «sonrerir» de oreja a oreja y haber obtenido la tan anhelada y codiciada «felicidad».
Basta 5 min de disfrute para notar que definitivamente los sacrificios para llegar a este punto no son suficientes para «sonreir».
¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros familiares o amigos decir “cuando me compre mi casa, seré feliz” , “cuando tenga trabajo, seré feliz ”, “cuando me case, seré feliz”, etc? Creo que ese “cuando sea” o “cuando tenga” está demasiado utilizado en nuestras vidas.
Nuestra felicidad está dependiendo de acciones futuras que, quizás, nunca logremos, porque al fin y al cabo son sólo proyecciones que creamos nosotros mismos.
Si lo vemos de otra manera, podemos pensar que lo utilizamos para proponernos metas u objetivos para seguir adelante, sin embargo, ¿qué pasa con el hoy?, ¿hay que ser infeliz hasta encontrar ese “algo” que nos haga sentir lo contrario? Este es un GRAN error que estamos cometiendo sin darnos cuenta: condicionamos nuestra felicidad a cosas materiales, personas o momentos.
Hay que empezar a buscar cosas simples del día a día que nos hagan felices, porque claramente no podemos esperar toda nuestra vida para serlo. La felicidad no es algo que se espera, es algo que se tiene, pero hay que saber encontrarla y disfrutarla. Pero además, tenemos que hacer todo esto por nosotros. No por nuestros padres, hermanos, pareja etc… porque finalmente es nuestra vida,nadie nos puede decir cómo ser felices, en esto no hay nada escrito.
Y como dijo Viktor Frankl, reconocido psiquiatra y neurólogo austriaco:
La felicidad es como una mariposa. Cúando más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención a otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.
-Viktor Frankl
Ahí es donde nos sentamos y paramos de pensar y sólo observamos, cada ser humano tiene sus propias maneras internas de asociar, digerir y sentir la felicidad. Nos llena de alegría el corazón distintas cosas de distintas maneras. Hay quienes son felices sentados en su balcón con una buena taza de café mientras se contempla el amanecer. Otros son felices teniendo un matrimonio perfecto con su almohada y cobija. Otros tantos son felices con la música… Alguna vez te has puesto a pensar que un habitante de calle, durmiendo donde lo coja la noche es feliz con su mundo así? para nosotros puede ser impensable en el deseo diario de superación, pero si a él lo motivan otras cosas y es feliz con esa descomplicación de no tener que preocuparse por la renta, o la comida y sencillamente camina y respira en su ley? Sonará absurdo, pero puede ser de esta manera.
Y si el afán no es tener una vivienda? si somos felices pagando renta hasta el día en que morimos siempre y cuando vivamos felices y complacidos de nuestro entorno? En la mayoría de las ocasiones de la vida no aprovechamos los instantes que nos pueden hacer felices por estar pensando ciegamente en lo que no tenemos y, suponemos que necesitamos para ser felices.
Si cuando tengamos todo lo que anhelamos no logramos ser felices? qué nos falta? nos puede hacer falta todo lo que ya tuvimos y desperdiciamos por esa mentalidad materialista de relacionar directamente el dinero y las cosas materiales con la felicidad. El dinero no compra la felicidad, la renta por instantes, pero al final del día sentimos un vacío de sentirnos incompletos porque en el fondo nos hace falta algo más que no conseguiremos en el súper, ni el concesionario o en Amazon. La vida se tratar de reir y de vivir y de llorar cuando se tenga que hacer, pero concentrados en el hoy, el mañana es incierto, puede llegar a ser lo que queremos, está claro, pero no puede ser una condicionante para nuestra alegría. Recuerden que la felicidad no es un lugar a donde llegar sino la forma de viajar.
Por favor, sé feliz AHORA , no mañana ni en unos días más. El ahora es el mejor momento para ser feliz.
Felicidad= Forma como se vive acorde a como se piensa, estar rodeado de buenas personas, pueden ser pocas, pero que tengan una energía que anime a seguir sonriendo así sea un mal día, es contar con un brazo, un hombro, unos ojos que apoyen, es no necesitar el amor de una mujer cuando tienes el de tu hija desbordado al punto que prefiere pasar un día trabajando con el papá fuera de casa que ir a una piñata.
La felicidad tiene muchas connotaciones, no está relacionada con una vida perfecta, la cual no existe, ni con el dinero, ni con nada más allá que lo que llene el corazón de ese sentimiento inverosímil que produce una pupila dilatada y el corazón emocionado.
La felicidad es tener cientos de problemas pero miles de razones para sentir profundamente que todo va a estar bien. Es siempre ver el vaso medio lleno así le quede solo una gota. Felicidad es ver regresar a tus seres queridos, los que te han hecho llorar de todas las formas y con sentir nuevamente su compañía todo se olvida menos el horizonte por descubrir.
Felicidad es saber que un día vas a morir, porque no somos inmortales, no importa cómo ni cuando, solo basta con sentir que se ha aprovechado cada respiro, que vamos y venimos dentro y fuera de las vidas de los demás y que no dejamos cicatrices sino huella, que he vivido sabiendo que si es posible fabricar todo aquello que mi mente imagina, que lo que mis ojos han visto y mis pies han visitado se guarda con regocijo en el corazón.
Felicidad es verse en el espejo con dignidad y orgullo y que todo sea perfecto dentro de un cuerpo imperfecto, que sea tan perfecto que solo se necesita saber que se es un berraco y que no importa cuantas veces tiemblen las piernas y las palabras y se aflojen las lágrimas, está la seguridad que el espíritu no se quebranta y me volveré a afirmar en donde piso.
Mi felicidad no se traduce en festejos, sino en comodidad, esa que tanto esperamos del corazón y de la mente. Dedicado a mi hija Valentina