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Tu amiga la Soledad - Juan Carlos Abaunza
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Tu amiga la Soledad

La alarma irrumpe en tu ultimo sueño. Te levantas y empieza tu día.

Piensas en ponerte la misma aburrida pinta de siempre y la camisa que jamás has usado te echa un ojo, empiezas con los “peros”: «pero no es viernes, pero es para una ocasión especial, pero es para cuando tenga una cita…» –Nada, nada ¡Póntela!–. Eso te anima un poco y tomamos el primer café de la mañana, me encanta ese primer café, ¡lo disfrutamos tanto!

De camino al trabajo es cuando más platicamos, me gusta mucho escuchar tus pensamientos, desde lo más profundo hasta lo más insignificante. Tienes una mente extraordinaria, eres una persona increíble y me encanta que te des cuenta de ello, aunque después se te olvide, no sé por qué.

Estando en el trabajo me impresionas, te escucho, te veo y de verdad que no sé como logras hacer todas esas cosas, tu capacidad es asombrosa. Te olvidas de todo, hasta de mí, y eso está muy bien. Te veo desde lejos, a veces son días buenos, otros no tanto, pero siempre sales adelante.

Terminas el día, no hay mensajes, no hay llamadas, no hay nadie más que yo, te abrazo y nos vamos a casa. De camino pensamos qué hacer. Sé que a veces quisieras que las cosas fueran diferentes, que alguien escuchara todas tus teorías, planes y proyectos, que supiera todo lo que te emociona o te conmueve, que estuviera contigo al final del día, que te sostuviera cuando te enfrentas tantas cosas que son nuevas para ti, que te dijera que todo va estar bien… Pero de nuevo, sólo estoy yo.

No siempre es fácil, lo sé, convivir es siempre aprender, y convivir conmigo siempre es especial. Ciertamente los humanos son seres en sociedad, pero cuando están en soledad aprenden a estar con la persona más importante en su vida, ellos mismos; y es maravilloso lo que llegan a comprender, ya que todo parte de su interior. Son seres únicos en todo el universo, con un gran propósito cada uno, cuando llegan a mí, mi función es guiarlos, si pudieran verse como yo los veo, si comprendieran esa grandeza, mi trabajo sería mucho más fácil, pero no, no lo es.

Muchos me odian, me detestan, huyen de mí y eso a veces resulta un desastre, ya que terminan en compañía de otras personas que tampoco me soportan y esa es la fórmula del caos. Lo más importante es que dejes de verme a mí, que veas más allá, porque si logras ver a través de mí, te vas a encontrar con una persona increíble que va cambiar toda tu vida: Tú.

Cuando aprendas a estar en paz conmigo, contigo, las personas correctas llegarán a tu vida. Terminarán esas ansias de un mensaje, de una llamada, de que alguien haga eco de todos tus planes. Terminará el miedo. No, no me mal entiendas, no tengo nada en contra de que encuentres una compañera, un cómplice, lo que espero es que te sientas bien y feliz solo o en compañía, que no sea una necesidad, sino un placer.

Sabes que yo estaré contigo siempre que lo necesites y que cada encuentro será una nueva experiencia de crecimiento. Sólo quiero pedirte algo: no huyas de mí, no quiero herirte, sólo quiero que cada vez que nos encontremos te descubras con mis ojos maravillados de ti.

Es así como llorando se sonríe y equivocandonos aprendemos las mejores lecciones de la vida. Así te habla la soledad, en una noche fría en donde nada parece tener sentido y cuando faltan más respuestas a preguntas que nos formulamos diaramente, unas sin sentido, otras en los momentos no adecuados.

La vida es un transcurrir de momentos y oportunidades que rara vez aprovechamos y disfrutamos por pensar siempre en lo que no tenemos en lugar de concentrarnos en lo que si tenemos, lo que nos sobra y abunda, nosotros mismos, esa es la más valiosa de las verdades, hay mundos infinitos en donde lo que quieres que suceda, sucede… No es una pretención, es algo tan claro como el agua, el cielo es el límite cuando nos olvidamos que el hombre ya puso sus pies en la luna.

Feliz Noche