Sentirse orgulloso y al tiempo insatisfecho
Con cada pequeño logro se motiva el corazón a sentir orgullo por las cosas bien hechas, acompañado de una corta frase, «Lo logré», pero al tiempo sentir que hace falta algo más.
Emprender, el arte de vivir luchando
Vivir de manera adecuada en mi humilde concepto se trata de seguir al corazón acompañandolo con la mente y muchas ganas. Ganas es lo que nunca puede escasear en esta búsqueda continua y apetitosa de alcanzar metas y cumplir sueños.
En el camino nos vamos a encontrar con muros, de todo tipo, algunos son personas, otros son problemas, otros son malos pensamientos y miedo. El abrumador temor que paraliza las entrañas y no permite mover ningún músculo, ni queriendo logramos eliminar estos demonios que consumen la fé en Dios y en nosotros mismos.
No hay idea lo suficientemente loca para no ser desarrollada, pero si hay suficientes miedos para no intentarlo. Es por eso que el camino del luchador y del guerrero es emprender. Se termina convirtiendo en un arte, con el cual logras sacrificar cosas por obtener mejores cosas, y no hablo de posesiones o riqueza, hablo de plenitud y trascendencia.
El dinero no es la motivación, las personas no suelen ser recordadas por sus pertenencias sino por sus ideas.
Siempre me repito que no hay carrozas fúnebres acompañadas de trasteos, uno se muere y nada se lleva. Pero tampoco quiero decir que debemos pasar por la vida y el mundo sin un propósito. Encontrarlo o descubrirlo es una tarea dura, con muchos intentos fallidos y que requiere una concentración y un grado de madurez que permita observar las cosas desde todo ángulo. Hay que ser lo suficientemente loco para arriesgar pero lo necesariamente sensato para caminar por donde es.
Emprender no es nada sencillo, tener una idea lo es, pensar en esta idea también, enamorarse de ella vital. Pero hacerla realidad? Esa es la tarea que muchos abandonan a medias y tienen que vivir con la frustración de no saber qué hubiera ocurrido si hubieran tirado un poco más.
Tener proyectos en la vida es el sazón de la misma, es la armadura del espíritu, esa que lo protege de las adversidades y permite seguir adelante en la persecución de nuestras ideas.
Personalmente emprender no ha sido fácil, siento que soy una máquina de buenas ideas y esto me hace sentir orgulloso, pero una vez cumplido cada objetivo, mi hambre de más no me permite disfrutar el momento sin estar pensando en el siguiente paso.
Ahí radica el dilema de la mente, cómo lograr la tan anhelada paz si caminamos un sendero incierto e irracionalmente estamos buscando «problemas», esos que nacen de querer hacer cosas grandiosas. Para mi no ha sido fácil, el camino ha estado lleno de desaciertos, de desilusiones y llantos profundos que ahogan la vista y hacen perder la vista en el horizonte.
Emprender es mi vocación y mi estilo de vida, quedar quieto en mi mente no es una posibilidad ni una opción, ésta descansará el día en que muera, no antes. Mi impulso mis ideales y mis sueños, muy personales y muy ambiciosos y lo más importante: Muy Míos.
Es doloroso no contar con el apoyo de tus seres queridos, los cuales en algunas ocasiones afirman estar contigo pero sus acciones te hieren y te alejan de tu camino, del que planeaste y se convierten en el primer muro a vencer. En este mundo le sigue a esto la tan miserable envidia, esa que a las personas no deja vivir y no permite que vivan sus cercanos.
Mis emprendimientos me han costado dinero, dolor, llanto, amistades e incluso amores. Pero no los abandonaré así termine solo, todos al final de nuestra vida terminamos solos, debemos morir solos, no podemos llevarnos a nadie a la tumba, es un principio importante que se debe atender y entender desde una optica tranquila.
Muchas veces me miro en el espejo y me pregunto si vale la pena, si ha valido la pena tantos malos ratos, y sonrío y me miro fijamente a los ojos y entiendo que todo lo que he vivido tenía que vivirlo para volverme el ser humano que soy hoy. La fortaleza sale no se sabe de donde pero la tenemos y la debemos aprovechar, es la unica manera de establecer esa estrecha relación entre las ideas y las acciones que nos permiten hacerlas realidad. No nos agradan los sacrificios pero si queremos las recompensas, ahí está el tedioso sinsabor al final de cada día que nos impide estar completamente orgullosos.
Mi orgullo está presente en las pequeñas cosas, en los grandes logros y en los caminos que sólo imaginamos alguna vez cuando pequeños que se volvieron una realidad, en donde mis pies y mi alma pisaron y supieron que se sentía.