fbpx
Por qué se nos dificulta asumir un cambio? - Juan Carlos Abaunza
2151
post-template-default,single,single-post,postid-2151,single-format-standard,bridge-core-3.1.0,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.8.1,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-7.0,vc_responsive
cambios

Por qué se nos dificulta asumir un cambio?

En el mundo en que me veo inmerso todos los días (una fábrica de software), la constante y vertiginosa actualización tecnológica nos obliga a estar en constante cambio, y a lidiar con equipos o personas que les cuesta y rechazan los cambios, y la gran mayoría son inevitables y necesarios.

DEFINICIÓN DE CAMBIO: acción de cambiar. CAMBIAR: modificar, hacer diferente, variar…

Parece que cambiar no nos tendría que suponer ninguna dificultad; de hecho es algo inherente a la realidad, a la época en que vivimos y a nosotros mismos, ya que cambiamos desde que nos conciben. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar y asumir los cambios? ¿Por qué somos reticentes e intentamos evitarlos en muchas ocasiones?

La respuesta está en la sensación de falta de control sobre la situación que cambia o tiene que cambiar. A todos nos cuesta salir de nuestra zona de confort. En general, cualquier cambio produce incertidumbre porque implica una modificación en las circunstancias de nuestro entorno al que ya estamos acostumbrados, y la incertidumbre genera miedo, al menos al principio, hasta que volvemos a conocer y a tener control sobre la nueva situación.

Todo cambio pasa por 3 fases:

Impacto: se caracteriza por confusión, bloqueo, miedo, sentimientos de pérdida, idealización del pasado, inseguridad, resistencias y conductas de boicot. Es una fase muy emocional. En este sentido, es importante reconocer todas estas emociones, y destacar lo positivo.

Elaboración: se caracteriza por una racionalización de la situación de cambio. Aparecen nuevas creencias y conductas, y la persona hace una autovaloración de sus capacidades y una planificación. En esta fase se tiene que recuperar el poder personal de decisión.

Acción: tiene que partir de las fortalezas de la persona y tiene que ir de menos  compleja a más compleja.

Para afrontar cualquier cambio primero nos tenemos que conocer, centrarnos en lo que depende de nosotros mismos y ser conscientes de cuáles son nuestros pensamientos internos ante el cambio; según estos pensamientos obtendremos unos resultados u otros. Si vemos el cambio como un problema, no avanzaremos. Si por el contrario lo consideramos un reto y un aprendizaje tiraremos adelante y saldremos crecidos y más SABIOS.

Para crecer como personas debemos aprovechar los cambios de nuestra vida. Tener MIEDO ante estos cambios es contraproducente y paralizante; además, EVITARLOS es IMPOSIBLE, porque siempre y en todo momento TODO CAMBIA.

La mejor actitud ante un cambio es AFRONTARLO de forma activa: ser consciente de la situación y buscar soluciones, sin anticiparse ni generar idees negativas y a menudo erróneas y catastrofistas que bloquearían el proceso y nos evitarían descubrir y disfrutar de todo lo que nos espera.

Abrámonos a los cambios, pues, y se nos abrirá una NUEVA REALIDAD, seguro muy interesante y enriquecedora!!!!