Lo que me ha enseñado el coronavirus
Hoy he querido escribir unas líneas en referencia a la situación mundial con esta pandemia Covid-19. Alejándome un poco de los memes, las teorías conspirativas y demás, pienso que esto debe dejar muchas enseñanzas. Comencemos:
- Internet: Estoy seguro que aún muchos no descubren la potencia y utilidad que tiene internet y lo desperdician con memes en las redes sociales, fake news y demás contenido que en lugar de ayudar, como debería primar el flujo de información en estos casos, pareciera que contaminara aún más el cotidiano.
Viendo lo que ha ocurrido en Italia, pareciera que a todos nos ha parecido un problema de «otro país», uno que está lejos de nosotros, así les ocurrió incluso a los españoles y ahora miren sus calles vacías…
Por cuestiones de esta pandemia el evento del Mobile World Congress en Barcelona fué cancelado por los organizadores, decisión nada fácil, aún cuando en ese entonces España sólo reportaba 2 casos de contagio, yo iba asistir con la delegación de empresas colombianas, y en el inicio sentí frustración y rabia, luego he entendido que propender el bienestar y la salud de la humanidad está por encima de cualquier negocio.
Aún así viajé, aproveché para descansar y conocer, mientras en España esa semana un brote comenzó a surgir y pasaron de 2 a 50 casos en lo que transcurrió esa semana de mi estadía, hoy día, dos semanas después hay más de 2.000 casos. Y mientras esto ocurría, volviendo al internet, todos mis conocidos en Colombia me escribían viendo las publicaciones muy de turista que hacía en mi Instagram, que me cuidara, que el tapabocas, que etc. Claro, es muy sencillo mandar a otro a hacer algo, pero al día de hoy estoy seguro que todas esas personas no han tomado aún precauciones existiendo un riesgo latente ya en nuestro país. En España durante visita, tampoco se tomaban medidas, parecía estar en dos mundos distintos, el que veía en internet y el que vivía en carne propia con metros llenos de personas de todas las nacionalidades, cero tapabocas, cero gel antibacterial, cero temor de que el contagio era posible, así era la vida de los españoles en ese momento, al igual que la de los colombianos, viendo el virus por internet y sintiéndolo lejano.
- Medios de comunicación: En una labor paupérrima de comunicación, que es su esencia, el amarillismo ha reinado con noticias cruzadas, con análisis repetitivo y la misma información día tras día, la educación y la conciencia colectiva de quienes los ven pasó a un segundo plano, llegando así, a volver la credibilidad sobre las noticias del coronavirus igual a las noticias del pastorcito mentiroso, en un afán mediático e intentando desviar la atención de temas políticos y económicos con igualdad de importancia, hacia una pandemia que también se dejaba entrever como lejana y que pasaba a una pantalla de distancia, lejana a nuestra realidad.
Es una pena que, con la potencia que tienen los medios, su impacto social no sea el que se espera y necesita, por el contrario se volvió un espacio de modas y trending topics que sólo saturan al consumidor de sus productos con más de lo que se cree, esperan como contenido, cuando la realidad es distinta, ya no nos preocupa la pandemia, nos estresa ver todos los noticieros durante todo el día repitiendo y repitiendo las mismas noticias, y en muchos casos, con desesperanza, mostrándonos lo ineficientes que son estos gobiernos y funcionarios de turno. Lastimosamente el sentido común pareciera el menos común de los sentidos.
- Gobiernos: Aún más triste, es ver que a nivel global hay una preparación casi nula para estas situaciones, en lugar de procurar ser menos vulnerables, conscientes de las debilidades que el sistema tiene a nivel de salud, de seguridad alimentaria y demás, parece importar muy poco la vida de las personas, el grueso de la población no tienen acceso a una alacena en sus hogares que les alcance siquiera para el mes, dependen en la mayoría de los casos, de trabajos presenciales que les impide tomar cuarentena preventiva, peor aún, las medidas de contención parecen sacados de una mala película de comedia, de esas que hacen parodias sobre películas aún peores.
No han logrado el equilibrio entre mantener tranquila a la población y segura al mismo tiempo, sin ocultar información pero sin caer en el pánico, cuando ya las cosas están graves, casi que salen a gritar: «Sálvese quien pueda» y es inverosímil, que en estos momentos en donde prima la vida, estén más preocupados por el precio del dólar y del petróleo. Luego nos ocupamos de eso señores, primero hay que proteger la masa crítica, esa que tiene pensiones miserables, niños desnutridos, gente en las calles, que siguen siendo Colombianos.
- Lo realmente importante: Ya quedó claro que las rumbas, las reuniones sociales, los conciertos, los actos culturales, las salidas a cine, los eventos de negocios, eventos académicos, el estudio, y demás son prescindibles, que podemos vivir sin ellos, así suene feo, hasta sin la práctica religiosa podemos sobrevivir (hasta el Vaticano cerró), lo que SI es importante es la salud, el sistema de salud, ese que en la mayoría de países es vulnerado por la corrupción, ese en donde se maltratan las condiciones laborales de los médicos y demás personal, ese, que parece no servir de mucho y en donde se trabaja con las uñas, es precisamente el pilar fundamental para que sigamos existiendo. Así las cosas, tenemos la obligación de cada día ser más cuidadosos con la salud y exigir a nuestros gobiernos priorizar este sistema.
- Teletrabajo: Por último, pero no por ello menos importante, hay que ver el teletrabajo, ese que ha sido mi sustento los últimos 14 años (4 como empleado y la última década como emprendedor y empresario) – Con los mitos y falta de cultura organizacional y personal que nos rodea para tener la responsabilidad y autonomía suficiente que se requieren para teletrabajar, ha salido a flote como la fórmula milagrosa y casi mágica para no detener las operaciones de las empresas y proteger de cierta forma a sus colaboradores manteniéndolos en sus casas.
A todos nos les funcionará, por supuesto, hay que creerse el cuento, entender muchas situaciones que rodean el tema, sin ser nada misterioso o científico, es una pena que las empresas en general hayan dejado para que una pandemia que amenaza nuestra civilización sea el motor de impulso para implementar esta bella práctica, que lejos de restarle productividad a la operación diaria, mejora y facilita la vida de las personas, tal como en este caso, las está protegiendo del virus y posibilidades de contagio.
Sentado en mi trono, con mi copa de vino tal cual capítulo de Game Of Thrones, tengo que decir: «Este loco si tenía razón» aunque para ser honestos, en 2018 un gremio de comercio exterior nos entregó un premio nacional de exportadores precisamente por la exitosa implementación del teletrabajo y cómo éste, nos permite atender clientes en 8 países.
A hoy, habiendo ido a España a un evento fallido (pero si con un delicioso plan de turista), luego a Perú de trabajo en donde ha estallado la crisis en LATAM frente a la pandemia, gracias a Dios logré regresar a mi casa en Bucaramanga, una ciudad intermedia de Colombia, en donde seguiré trabajando sin ninguna limitación, gracias al Teletrabajo, en la empresa que desde su fundación hace 10 años se volvió mi proyecto personal, el cual al pasar los años he defendido y pese a las dificultades, hoy día le da empleo a más de 100 personas, que a hoy, están en sus casas viendo como el «apocalipsis» se desata a nivel de salud, a nivel de empresas y demás, mientras ellos siguen trabajando con la misma tranquilidad y eficiencia que siempre.