
¿Qué entendemos por educación para la transformación social?
Una de las tareas conceptuales para una educación con transformación social era construir de manera conjunta y colaborativa la noción de educación en un ecosistema digital. Este proceso tiene principalmente dos momentos diferenciados:
a) Creencias, conocimientos y experiencias previas
b) Interacción e intercambio
Para iniciar el primer paso (a) se propuso un brainstorming en torno al tema o problema planteado (educación para la transformación social). Este tipo de técnica ayuda a conocer las ideas, opiniones, aciertos o errores conceptuales que tiene el alumnado sobre los contenidos de aprendizaje que se abordan.
Para el segundo paso (b) se plantearon tres momentos de trabajo: un momento de trabajo individual, un momento de trabajo en pequeño grupo y un momento de trabajo en gran grupo. Así, se pidió aventurarse en realizar una definición propia con las ideas del paso anterior, una definición de grupos a partir de las definiciones individuales y, finalmente, el consenso de una definición grupal a partir de las definiciones de grupo. En este sentido, este tipo de planteamiento ayudó en tres aspectos claves de la orientación pedagógica del módulo:
- Fomentar el intercambio de informaciones, aprendizajes y conocimientos entre participantes.
- Lograr un mayor grado de confianza entre los participantes.
- Fomentar la participación, la implicación y protagonismo en el propio proceso de aprendizaje.
Y el resultado de toda esta participación, implicación e intercambio fue la construcción de esta definición de educación para la transformación social:
“La educación para la transformación social es un proceso socio-educativo abierto y continuo que genera las condiciones para el desarrollo de una ciudadanía crítica, responsable y comprometida a nivel individual y colectivo, dando lugar a una sociedad más justa y equitativa en un entorno ambiental sostenible.
Se desarrolla mediante un aprendizaje integral y libre a lo largo de toda la vida, en cualquier ámbito educativo, teniendo como pilares una educación en valores humanos que promueve el respeto, la solidaridad y el aprecio por la diversidad, multiculturalidad y el medio ambiente, fomentando una práctica educativa crítica, analítica, reflexiva y solidaria que promueve tanto la autonomía del individuo como la responsabilidad social para generar acciones locales con visión global.
La relación entre educador y educando se construye desde la libertad e interés del educando, en una estructura horizontal, dónde ambos comparten puntos de vista, experiencias y conocimientos para comprender y transformar la realidad”.

Todo esto es posible si hay una inclusión escalable de herramientas tecnológicas que permitan generar comunidad, medir el progreso y eliminar fronteras. Ahora es el momento de transformar no sólo el contenido en la educación, sino la forma de comunicarlo, sólo así vamos a reducir la brecha social en nuestra sociedad.