Al corazón hay que dejarlo.
Que flojera que seamos de la generación del «osea somos novios pero no somos novios». Es bastante maluco ver cómo pareciera que a todo el mundo le aterrara la idea de formalizar y tener algo increíble con una sola persona.
Pero por qué? a qué le temen?… A que les rompan el corazón? a que los quieran bonito? la vida es demasiado corta para pensar que nos va a ir mal, es cierto, puede ocurrir, pero entonces no nos salgamos de la cama porque nos podemos morir en cualquier momento… que peligro.
La verdad es que la cosa es así: «Es que no estoy listo», «Es que no puedo», «Es que no quiero hacerte daño», «Es que sí pero no», y otros mil «es que» que al final se resumen en esto: «Es que me estoy enamorando y me gana el miedo a las ganas de sentir».
Vivimos pobreciteando y siguiendo el juego de las excusas de alguien para no estar al 100% con una persona y nos repetimos mil veces «pobrecita, si me quiere pero yo la entiendo». En estas cosas mis queridos lectores, no hay tonos de colores, o es blanco o negro, o quiere estar conmigo o no. Punto.
Cuando la realidad es que si alguien quiere estar con nosotros está, sin forzarlo, sin siquiera pedirlo y no hay más. Así de fácil y sin tantos enredos, sin tantas mentiras y sin tantas excusas, con huevos… con muchos huevos.
Y ahora sé lo que quiero y merezco, alguien que sepa lo que tiene a la mano, que me valore y se esfuerce todos los días por mi. Y no, no quiero un Chuck and Blair relationship, pero si quiero algo super real, una relación que me llene de dopamina, donde pueda hablar con libertad de todo y sin miedos de ser yo.
Ya me cansé de amores a medias y a raticos, de ligues eternos y amores pobres, ya no quiero más «no sé que somos», sé perfecto lo que valgo y lo que puedo dar por alguien que me interesa, así que no pienso aceptar menos de la mitad de lo que doy. Quiero ir al cine, a cenar, a caminar, a un antro, fotos super lindas con esa persona en instagram, y que no sea sólo yo quien le grite al mundo que estoy enamorado, alguien que se gane mis besos, mis letras y hasta mi cuerpo si quiere, y no porque me cotice muchísimo ni nada de eso, pero si le voy a entregar mi vida, mi corazón y mi cuerpo tiene que ser porque lo vale.
Algo en lo que los dos nos esforcemos muchísimo por lo que estamos construyendo, porque de verdad es lindo encontrar a alguien que te complete tu sonrisa, que aprenda a quererte tal cual eres, con defectos, imperfecciones y siendo la única versión de ti mismo.
ROMPIENDO EL CICLO DE ABANDONO
Puedes sentirte abandonado, sí.
Te puedes sentir solo, alejado del amor, de la vida y la calidez.
Otros pueden detonar sentimientos poderosos en ti, sí.
Pero haz a un lado la palabra, el concepto, la historia,
y regresa a la realidad del cuerpo vivo.
¿Cómo se siente ese abandono?
¿Cómo sabes que te han abandonado?
Pon atención a las sensaciones que surgen ahora en tu vientre, pecho, garganta.
Siente el aleteo, el pulso, la punzada de cada sensación.
Deja que crezcan en intensidad, o que se tranquilicen y se muevan.
Imprégnalas de curiosa, amorosa atención.
Ofréceles un espacio; ábrete suavemente a ellas.
Tienes que respirar en ti mismo ahora, amigo,
porque no hay nadie aquí que pueda respirar por ti,
y no podrían hacerlo, de todos modos.
El sueño del amor ha muerto;
estás despertando a la realidad del amor.
El amor no viene de fuera. Nunca lo hace.
Siempre estuvo dentro de ti. Ese fue tu poder.
Ese fue siempre tu trabajo, amarte a ti mismo,
no mendigar amor, o buscarlo externamente,
o esperarlo, o tratar de aferrarte a él,
sino empaparte con él, momento a momento precioso.
No te abandones a ti mismo cuando te sientas abandonado,
porque hay un dolor que es peor que el abandono mismo:
abandonarte a ti mismo, huir de la presencia.
La culpa no funciona aquí.
Enfócate en ‘quien te ha abandonado’, y te vuelves impotente.
Rompe el ciclo del abandono, entonces.
Enfócate en ‘el abandonado’, este precioso niño que llevas dentro.
Invita a que tu amorosa atención vaya a lo profundo de tu vientre, corazón, cabeza.
Respira en el propio suelo. Siente tu propia vitalidad.
Tú no has sido abandonado.
La vida está aquí. Tú estás aquí.
Y desde aquí, una nueva vida crece.
Y mientras aprendes a no abandonarte a ti mismo,
con el tiempo, atraerás a otros
que tampoco se abandonan a sí mismos;
otros que no te abandonarán.
Porque ahora tú no puedes ser abandonado:
Te niegas a abandonarte a ti mismo.
El abandono es una vieja palabra para ti ahora.
Demasiado dramática para tu cuerpo.
Nadie puede abandonarte:
ellos sólo pueden irse
a otro lugar,
con su dolor.
El abandono es la historia de un amor perdido,
una vieja historia, porque el amor no puede perderse,
sólo puede ser descubierto de nuevo en lo profundo de nosotros.
Eres lo suficientemente valiente para estar presente ahora.
Has roto la adicción de toda una vida:
Has descubierto la profunda alegría
de estar solo.