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Hyperloop: el concepto, la evolución y las dudas que aún rodean al futurista transporte de Elon Musk - Juan Carlos Abaunza
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Hyperloop: el concepto, la evolución y las dudas que aún rodean al futurista transporte de Elon Musk

Cuando Elon Musk habla sube el pan, aunque en ocasiones se trate de sus divagaciones o de ideas que al final tienen poco fundamento o son poco probables como la llegada a Marte en 2025. Pero lo cierto es que Hyperloop, que sonaba tanto a película, está siendo poco a poco una realidad y justo hace poco lograban el primer recorrido con una cápsula en el tubo.

Llegados a este punto es un buen momento para recapitular y repasar cómo nació la idea de Hyperloop y cómo se ha ido desarrollando hasta que ha pasado de ser un planteamiento a una realidad, a un esbozo de vehículo que ya vemos moverse. Aunque quedan muchos interrogantes y mucho que pensar para que en algún momento podamos recorrer 600 kilómetros en media hora.

Cuando lo convencional no es la solución y tú eres un soñador con nociones de física

Puede que si os preguntan «¿Qué es Hyperloop?» prefiráis la respuesta corta con el resumen que el propio Elon Musk hizo en un evento en 2013: «es una mezcla de un Concorde, un cañón de riel y juego de hockey de mesa». Pero así es difícil que quien pregunta visualice lo que en realidad se está dibujando.

Ese mismo año fue el elegido para darnos a conocer el concepto, o más bien el Hyperloop que él tenía en mente, y que dio a conocer en forma de propuesta de 57 páginas apoyado ya por el nombre de SpaceX, empresa de transporte aeroespacial que ya llevaba trabajando unos años (dese 2002). La idea: un medio de transporte con cápsulas que viajen dentro de un tubo y que recorran largas distancias en poco tiempo.

A Elon Musk no le gustó nada el tren de alta velocidad que se está construyendo en California y eso motivó en parte la idea de Hyperloop.

¿Qué fue lo que disparó la creatividad de Musk? Un importante detonante fue el sistema de raíl de alta velocidad que se propuso para California y que actualmente está en desarrollo, el cual criticó directamente en la propuesta. El empresario se muestra contrario al proyecto especificando que «la única opción para un transporte súper rápido es construir un tubo sobre o bajo el suelo que contenga un ambiente especial», inspirado en parte por el envío de objetos por tubes neumáticos (como el dinero en los supermercados).

Con la idea de realizar un trayecto de seis horas en coche en sólo 35 minutos, Musk dejaba el germen de una idea en forma de proyecto open-source que además prometía ser más económica que otros desarrollos, estimando un coste de 6.000 millones de dólares para un trayecto entre San Francisco y Los Ángeles (613,06 kilómetros, unas seis horas en coche), que no es mucho comparándolo con el coste de la primera fase del tren de alta velocidad de California, 68.000 millones de dólares.

Pero es al final de todo el documento donde se deja claro que se trata de una idea que SpaceX y Musk proponían en forma de proyecto abierto, es decir, no una construcción y desarrollo propios como los de los cohetes o Tesla. Así, tras proponer el posible sistema de transporte de futuro, la iniciativa comercial quedaba para quien quisiese recoger el testigo. O ése al menos ha sido el plan hasta ahora.

La parte técnica

Hyperloop es (o deberá ser) un sistema de transporte basado en cápsulas que levitan dentro de túneles a baja presión, las cuales tendrían instalado un compresor de aire en el morro para evitar el efecto de la compresión por corrientes (choked flow) en la veolicdad. Las cápsulas estaban planteadas con unas medidas de 1,35 metros de anchura, 15 metros de longitud y 1,1 metros de alto.

Para mover las cápsulas éstas integrarían motores eléctricos en línea que las harían tomar velocidades de 480, 890 o 1.220 kilómetros por hora según en qué punto de la ruta se encontrasen (llegadas, subidas, etc.) por levitación magnética. Similar a los trenes maglev, pero con la dificultad añadida de circular dentro de un tubo a baja presión.

El feed-back es bienvenido

Así acababa ese primer documento que Musk y SpaceX dejaban como planteamiento al mundo, y sobre todo a aquellos ingenieros y empresas que cautivados por la posibilidad se quisiesen poner manos a la obra.

La propuesta ya incluía muchos datos y cálculos para la construcción del medio, pero acababa especificando que había mucho por hacer y revisar, sobre todo en los aspectos del balance económico, la subida y bajada de los pasajeros, el mecanismo de las cápsulas y demostraciones de la propia física que se detalla en el documento. Y es ahí donde dejaba la semilla para que fuesen empresas de terceros quienes la germinasen y desarrollasen.

Hyperloop no iba a ser otra obra más de SpaceX, sino que la iniciativa comercial quedaba para quien quisiese recoger el testigo´.

No obstante desde la empresa de Musk se han ido moviendo concursos y certámenes para que empresas y/o ingenieros y estudiantes se lanzasen a proponer sus modelos de cápsulas y los sistemas que las tendrían que mover. En enero de 2016 concluía una de esas competiciones, a la cual se presentaron más de 124 prototipos de cápsulas, quedando como ganadores el equipo del MIT (premio Best Overall Design). De éstas 22 se seleccionarían las que serían probadas en las instalaciones de SpaceX para Hyperloop en Quay Valley.

En esa competición hubo representación española con el Hyperloop UPV Team de la Universitat Politèctica de Valéncia, quienes se llevaron dos premios (premio absoluto en Diseño y uno de los nueve premios repartidos en la categoría subsistemas, el de Excelencia Técnica en el Subsistema de Propulsión/Compresión). Se hecho tuvimos la oportunidad de entrevistarles y que nos hablasen de su trabajo y de la experiencia de la competición, y eso nos ayudó a ver más desde dentro que en ese momento se encontraba todo en fases muy prematuras y que incluso eyos estaban pendientes de ver cómo evolucionaría todo.

Los eventos siguieron sucediéndose y 2017 se iniciaba con el Competition Weekend I, el cual ganaron el equipo de la Universidad de Delft (Países Bajos), el de la Universidad Técnica de Munich y de nuevo el equipo del MIT. Sólo los proyectos de estos tres equipos y los de las universidades de Maryland y la de Washington pasaron las pruebas para poder ser probados en las instalaciones de Hyperloop.

La próxima ocurrirá dentro de poco, en la segunda Hyperloop Pod Competition, con el reto de lograr la máxima velocidad, y de momento siguen siendo al menos eventos que sirven para que los estudiantes de ingeniería o las empresas compartan conocimientos y sobre todo den ideas para materializar el sistema de transporte.

Pero existe Hyperloop ya, ¿no?

Se puede decir que sí, que existe y es tangible, pero no como medio de transporte funcional sino en fase de pruebas. El desarrollo «real» lo están llevando a cabo tres empresas de las que hemos hablado puntualmente: por un lado está Hyperloop One, co-fundada por Josh Giegel y Shervin Pishevar, Hyperloop Transportation Technology, co-fundada por Dirk Ahlborn y Bibop G. Gresta, y Transpod, co-fundada por Sebastien Gendron y Ryan Janzen y la más reciente, Transpod.

Hyperloop One

La empresa nace en 2014, cuando Pishevar contrata al personal que formaría la junta de la misma y tras haber vivido con el propio Musk todo el inicio de la publicación del proyecto de Hyperloop en 2013, según [explican en su página](https://hyperloop-one.com/our-story#Advisory Team). Un año después alcanzan los 11 millones de dólares de recaudación e inician la construcción de las instalaciones de prueba, como the Big Tube, the Lev Rig o the Blade Runner (todo para poder probar y medir distintos aspectos del Hyperloop, como por ejemplo simular la levitación).

En diciembre de 2015 inauguran las instalaciones en Nevada. Ésas quizás nos suenen de cuando nos hicimos eco de las primeras pruebas reales de Hyperloop. En ellas usaron el POAT (Propulsion System Open Air), o propulsión al aire libre, para mover los pods a unos 480 kilómetros por hora, si bien aún no eran las cápsulas cerradas como hemos visto en los diseños propuestos.

En ese momento también anunciaron que con la última ronda de financiación habían conseguido 80 millones de dólares, llevando más de 100 millones ya desde su inicio unos dos años antes. De hecho es ahí cuando formalizan el nombre de «Hyperloop One» para la empresa, y poco después anunciaban su intención de que la red de Hyperloops llegase a Europa reuniéndose con reguladores de la Unión Europea con las siguientes rutas:

  • Córcega – Cerdeña: 451 km
  • Estonia – Finlandia: 90 km
  • Alemania: 1.991 km
  • Polonia: 415 km
  • España – Marruecos: 629 km
  • Holanda: 428 km
  • Reino Unido – Conector norte-sur: 666 km
  • Reino Unido – Arco norte: 545 km
  • Reino Unido – Escocia – Gales: 1.060 km

Un mes después, en julio de 2016, abren Metalworks en Nevada, la que sería la primera planta de fabricación de Hyperloop, concretamente de piezas y componentes, y en agosto de ese año inician la construcción de Devloop, la pista de pruebas para el medio de transporte ya cubierta. El primero de los tubos se colocaba en noviembre de ese año, mes en el que llegan a un acuerdo con las autoridades de transporte de Dubai y Abu Dhabi.

Mientras el interés iba creciendo en más países como en la India, las instalaciones iban creciendo y desarrollándose. En marzo de este año nos mostraban las fotografías del DevLoop finalizado en Nevada y en mayo completaban la primera prueba a escala completa, logrando las condiciones de vacío en ese entorno del tubo cerrado y haciendo levitar esa especie de carro (que es parte de lo que sería el pod) a 112 kilómetros/hora (un 10% de lo que se pretende alcanzar).

Como comentábamos al inicio, hace un par de días iban más allá y por fin nos enseñaban el desplazamiento de una cápsula y no sólo de parte de la misma (sin pasajeros). La XP-1 (el nombre del pod) fue, según aseguran, tres veces más rápido que en los primeros tests del pasado mes de mayo recorriendo 4,5 veces más distancia. En concreto alcanzó una velocidad de 310 kilómetros por hora y recorrió una distancia de 437 metros.

Tras esto el objetivo es seguir probando aspectos, por ejemplo alcanzar una mayor velocidad y distancia, así como que haya seguridad para los pasajeros y que funcionen los sistemas de protección ante seísmos que ya tuvo en cuenta Musk en su primer boceto. Y de momento mantienen su meta de tener tres Hyperloops activos en 2021.